Desaparecen las Defensas Rurales tras más de un siglo de servicio
Después de más de un siglo de existencia, los Cuerpos de Defensa Rurales, una de las instituciones más antiguas vinculadas a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), dejarán de operar oficialmente el 16 de noviembre próximo, cuando los últimos elementos entreguen sus armas, uniformes y equipos.
La medida, confirmada a nivel nacional, ha generado inconformidad entre sus integrantes, quienes denuncian que no fueron informados ni consultados antes de la decisión. En Tecomán, Adán Iván Vargas Bravo, comandante de la Primera Sección de la Segunda Compañía de las Defensas Rurales, afirmó que la notificación llegó “de manera abrupta”.
“Nos agarraron por sorpresa, nunca nos avisaron nada. De repente llegó el comunicado de que teníamos que entregar armas, uniformes y todo… y así, de un día para otro, nos desaparecen”, declaró.
En el municipio tecomense, la compañía cuenta con cerca de 200 integrantes, la mayoría ejidatarios o hijos de ejidatarios, que durante décadas se encargaron de vigilar los ejidos, resguardar recursos naturales y apoyar en operativos coordinados con el Ejército Mexicano, especialmente en zonas donde no hay presencia permanente de cuerpos de seguridad.
Aunque su labor era voluntaria y sin salario, los rurales cumplían funciones de apoyo logístico y preventivo. “Hacíamos patrullajes cuando había reportes de robos o conflictos, y auxiliábamos en incendios o desastres. Era parte de nuestra responsabilidad con el campo”, explicó Vargas Bravo.
En la región existían 4 compañías distribuidas en distintas regiones, desde Cihuatlán (Jalisco) hasta Armería, además de Tecomán y la capital del estado. Con su desaparición, los rurales advierten un vacío de seguridad en las comunidades agrícolas, donde la delincuencia y los conflictos por tierras siguen siendo un problema.
“Nosotros manteníamos el orden en los ejidos y apoyábamos al Ejército cuando se nos requería. Ahora no sabemos quién hará ese trabajo”, cuestionó el comandante.
La Sedena no ha ofrecido información pública sobre los motivos específicos de la disolución de ese cuerpo, aunque fuentes federales han señalado una reestructuración interna para concentrar la seguridad rural bajo esquemas profesionales y operativos más regulados.
Para los miembros de las Defensas Rurales, sin embargo, el proceso se ejecuta sin alternativas claras ni reconocimiento al servicio prestado. “Esto no era un empleo, era una vocación. Pero también era una estructura que cumplía una función. Con su eliminación, se pierde presencia y vigilancia en el campo”, opinó Vargas Bravo.
Editado por Eder Gutiérrez con información de Yensuni López
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