EDITORIAL: Una lucha de todas y todos
Cada 19 de octubre México se une al mundo en la conmemoración del Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama. Esta fecha nos recuerda la importancia de enfrentar uno de los desafíos de salud más apremiantes para las mujeres mexicanas y, por extensión, para toda nuestra sociedad.
El cáncer de mama es la primera causa de muerte por neoplasias malignas en mujeres mayores de 25 años en México. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 se registraron 7,880 defunciones por esta causa, lo que representa una tasa de 17.94 muertes por cada 100 mil mujeres de 20 años y más. Estas cifras alarmantes subrayan la urgencia de abordar esta problemática de manera integral y decidida.
México enfrenta desafíos particulares en la lucha contra el cáncer de mama:
- Detección tardía: muchos casos se diagnostican en etapas avanzadas, lo que disminuye significativamente las posibilidades de supervivencia.
- Disparidades en el acceso a la atención: existe una brecha notable entre zonas urbanas y rurales en cuanto a la disponibilidad de servicios de detección y tratamiento.
- Barreras culturales: persisten tabúes y desinformación que dificultan la detección temprana y el tratamiento oportuno.
- Recursos limitados: el sistema de salud pública enfrenta restricciones presupuestarias que afectan la cobertura y calidad de la atención.
Ante este panorama, es imperativo que el gobierno, las instituciones de salud, la sociedad civil y el sector privado unan esfuerzos para: - Fortalecer las campañas de concientización y educación sobre la importancia de la autoexploración y las mamografías regulares.
- Ampliar y mejorar los programas de detección temprana, especialmente en zonas marginadas y rurales.
- Garantizar el acceso a tratamientos de calidad para todas las mujeres, independientemente de su situación socioeconómica o ubicación geográfica.
- Invertir en investigación y desarrollo de terapias más efectivas y menos invasivas.
- Brindar apoyo integral a las pacientes y sus familias, incluyendo atención psicológica y acompañamiento durante todo el proceso.
La pandemia de Covid-19 ha exacerbado los desafíos existentes, provocando retrasos en diagnósticos y tratamientos. Es crucial redoblar esfuerzos para recuperar el terreno perdido y evitar un aumento en la mortalidad por esta enfermedad en los próximos años.
El cáncer de mama no es solo un problema de salud; es un asunto de equidad de género y justicia social. Afecta desproporcionadamente a mujeres en edad productiva, impactando no solo en su salud sino en su capacidad para trabajar, cuidar de sus familias y contribuir a la sociedad.
En este Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama hacemos un llamado a la acción a todos los sectores de la sociedad mexicana. Cada uno de nosotros, de nosotras, puede contribuir: desde promover la autoexploración y los chequeos regulares entre nuestros seres queridos, hasta exigir a nuestros representantes políticos mayores inversiones en prevención y tratamiento.
El Gobierno mexicano debe priorizar esta lucha, aumentando el presupuesto destinado a programas de detección temprana y tratamiento, y garantizando que estos servicios lleguen a todas las regiones del país. Asimismo, es fundamental trabajar en la eliminación de barreras culturales y económicas que impiden a muchas mujeres acceder a la atención que necesitan.
El cáncer de mama es una batalla que podemos y debemos ganar. Con compromiso, recursos adecuados y un enfoque integral, podemos reducir significativamente su impacto en la sociedad mexicana. En este día, renovemos nuestro compromiso con la salud y el bienestar de las mujeres de México. La lucha contra el cáncer de mama es una lucha de todos, y juntos podemos hacer la diferencia.
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