COLUMNA: Ciencia y Futuro
Hablemos del malestar psicológico en jóvenes, sus problemas familiares y las ideas acerca del suicidio
Por Doctor J. Isaac Uribe Alvarado
En la sociedad moderna, las exigencias de la vida cotidiana pueden llevar a las personas a experimentar un malestar emocional que se manifiesta en sensaciones de soledad, preocupación, irritabilidad o dificultad para concentrarse en tareas específicas. Estos síntomas, aunque a veces se confunden con los de la depresión, no siempre son indicativos de ella.
A estas sensaciones o vivencias se les conoce como malestar emocional o malestar psicológico y puede aparecer ante determinadas circunstancias ajenas Al control de las personas o a su estado de salud emocional. Esta sensación de malestar, sin una causa clara, es más frecuente en mujeres jóvenes. Estudios sugieren que los roles sociales asignados a las mujeres están asociados con mayores niveles de malestar psicológico.
Desafortunadamente y a partir de las dinámicas de la vida actual que implica que las personas -incluyendo a personas jóvenes- realicen un gran número de actividades y deberes cotidianos, el malestar psicológico es cada vez más común, tanto como las crisis o problemas dentro de las familias, y estos aspectos pueden y suelen afectar el estado emocional de las personas jóvenes. Es precisamente durante el periodo de la vida juvenil que se toman decisiones importantes, como por ejemplo, iniciar una vida sexual y/o establecer relaciones de noviazgo; además, la juventud es una etapa de la vida donde suelen presentarse conductas de riesgo, siempre y cuando exista también un contexto social que así lo favorezca; tales conductas de riesgo son, entre otras, el consumo de sustancias adictivas, las violencias en el noviazgo, el acoso sexual, los pensamientos de quitarse la vida o incluso los intentos de suicidio.
Cuando al interior del grupo familiar se presentan conflictos entre las y los integrantes, es más probable que también existan dinámicas de violencias, lo que lleva a las personas jóvenes a sentirse solas, angustiadas, con miedos y hasta con la idea de quitarse la vida, previo a periodos de intenso malestar emocional o sufrimiento. La ideación suicida es un fenómeno psicosocial cada vez más frecuente en diversos grupos sociales, principalmente en jóvenes. Uno de los factores que se asocia de manera particular a la ideación suicida es el malestar psicológico, el cual puede manifestarse de diferentes formas e intensidades, aunado a entornos familiares conflictivos o problemáticos; estos 2 aspectos (malestar psicológico y problemas familiares) favorecen según varios estudios, la aparición de ideas suicidas en personas jóvenes.
En función de lo anterior, en meses pasados llevamos a cabo una investigación para saber cómo los conflictos familiares y la sensación de malestar psicológico se relacionaban con la idea de quitarse la vida, incluso en qué medida estos factores pueden predecir las ideas suicidas. Para lo anterior elaboramos y validamos una encuesta que midió el malestar psicológico, los conflictos o problemas en la familia, además de acoso sexual y violencias en el noviazgo.
La encuesta se aplicó a 647 jóvenes mujeres y hombres estudiantes de Nivel Superior. Algunos de los resultados de este estudio señalan que sí existen diferencias entre las mujeres y los hombres con respecto a la sensación de malestar psicológico, en este caso, las mujeres perciben o sienten mayores niveles de malestar a diferencia de los hombres, además de mayores niveles de acoso sexual y violencia en el noviazgo. Con relación a la idea de quitarse la vida, tanto los hombres como las mujeres en este estudio la asociaron de forma muy importante al malestar psicológico y las crisis familiares.
Sabemos que las investigaciones sobre conductas de riesgo juvenil, problemas emocionales, malestar psicológico y/o problemas familiares son escasas, especialmente en nuestro contexto local. Aún más limitadas son las que exploran la relación entre estos elementos y la ideación suicida en jóvenes. Sin embargo, esta carencia no minimiza la realidad social en la que nos encontramos. Por el contrario, consideramos necesario continuar investigando y divulgando los resultados de estas investigaciones para desarrollar estrategias efectivas de prevención de conductas de riesgo juvenil.
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