Eden Muñoz en Colima: Una noche inolvidable 

Por Julia Lino

“En mi reloj son las 10:30, así que vamos por otra ruleta más”, repitió Edén Muñoz, decidido a no dejar que la noche terminara. 

Desde temprano se sentía la vibra festiva. Era el primer concierto de la Feria de Todos los Santos Colima 2025, y cada persona se preparaba a su manera para vivirlo. Al llegar al Palenque de la Feria, las luces del interior iluminaban el estacionamiento, anticipando lo que sería una larga jornada de música. 

Al entrar, el recinto aún lucía semivacío. Hubo que esperar un rato, hasta que poco a poco se fue llenando. Aunque faltaban horas para que Edén subiera al escenario, la música ya había comenzado. A las 10:30 p.m., la Banda Imperio, originaria de Colima, fue la encargada de abrir el evento con varios temas que encendieron el ambiente.

Quince minutos antes de la medianoche, la agrupación local se despidió y el equipo de Muñoz comenzó a preparar el escenario. Para entonces, el Palenque ya estaba lleno y el público, eufórico, gritaba impaciente por la llegada del artista. 

A las 12:20 a.m., las luces bajaron y el esperado cantante apareció entre aplausos y gritos. La energía fue inmediata. Conforme avanzaba la madrugada, más personas ingresaban al recinto, hasta que no quedó espacio libre. Aun así, nadie dejó de cantar ni de disfrutar cada canción. 

En un momento del show, Edén presentó un juego con sus fanáticos; una ruleta con nombres de distintos artistas. Al girarla, interpretaba entre dos y tres canciones de los seleccionados. Así sonaron temas de Jenni Rivera, Joan Sebastián, Selena Quintanilla, Juan Gabriel, José José, entre otros, generando una conexión especial con el público. 

Aunque la mayoría de los conciertos dura alrededor de tres horas, este se prolongó por casi cinco. Tal vez fueron las luces, la emoción del artista o la energía del público colimense, pero la noche se convirtió en una fiesta que no parecía tener fin. 

“En mi reloj son las 10:30, así que vamos por otra ruleta más”, repetía el cantante con una sonrisa, decidido a exprimir cada minuto. Finalmente, a las 5:30 a.m., el concierto llegó a su fin. Nadie parecía cansado: los asistentes salieron del Palenque con la misma energía con la que llegaron. Fue, sin duda, una noche inolvidable.

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